- Aaaaahhhh. No, aaaahhh. Dios. Es la última que chupo de la mala. Además solo nos ahorramos 100 mangos por tintos. Qué rusos.
"Pero nos divertimos. Buen a hacer la cama, que dicho sea de paso la siento un poco dura. Movimientos suaves, movimientos suaves, no queremos despertar a la patrona.
"¡No! ¡Me fui al cielo! Todo blanco. Coma alcoholica.
"Pero que boludo. Eso ameritaría infierno o purgatorio mínimo.
Marcelo mira, luego mira en derredor, y con un grito de desesperación se tira de nuevo de espaldas.
Con varios "no"s se lamentaba. Tenía la certeza de entender lo que había ocurrido. Sí. Otra vez adentro de un huevo. Un puto huevo.
"Pero si hicimos un pacto los cuatro..." No podía entender como llegó de vuelta a tal incordio. Se agarraba la cabeza revolcandose. "Además, a mí sólo esta vez. Hi' de puta".
Por un rato no trató de descifrar nada. Sólo pensó en el porqué. Con el diario del lunes, les cuento, hizo bien.
- Claramente es otro huevo de la misma marca, poroso, inmóvil, e indisoluble, por lo que veo. Conclusión, estoy jodido. Jodido como mi creador que permite estas cosas. Buen. Si yo fuese una hormiga, metida en un frasco con recursos naturales, no tendría más opción que seguirle su juego. Así que, primerum filosofarum, después chuparum. No puedo entender la salida sin primero saber por qué, quién, y cómo. Enemigos. No tengo un puto enemigo además del cajero del banco que me resintió y yo luego desprecié a lo Guille. Dios. Alabada sea su creatividad. Tengo un par de amigos. A ninguno le debo plata ni boludié en la última semana. Ah. Ap, ap. Salvo a Gustin, que usa cartera. Pero eso viene desde hace rato y no es vengativo. Familiares. O amigos o me ignoran. Pero ningún enemigo. Hijos, dos, de 2 y 5, nacidos de una magnífica mujer, mi amada novia, con la que ya llevamos... a ver... ¡diez años al día de la fecha! Espero salir antes que pase el día o me mata si no celebramos el aniversario. Que loco, ¿no? Vaya coincidencia. Buen, sigamos. Bullying del colegio... Pero pará, momento momento. Qué diria master Yoda en este momento. Digo Yoda porque es un personaje con clase, nota mental. No creo en su existencia. Y no me da miedo hablarme a mí mismo. Después de todo, Gollum es el mayor héroe de la película y menos felicitado. Pero sigamos my precious. "Loco". Dije "loco". Y Yoda a lo raro diría que siempre es digno de analizar: claramente el que me metió, me tiene investigado. Interesante. Momento. Qué diría Yoda ahora. "Cuando buscás solución a un problema siempre analizar en 360, y no presumir la primer pelotudes". Bien. Claramente me conoce de cerca. Y no ofendí, creo, a ninguno de mi círculo. Al menos no para generar esto. ¿O sí? ¿Qué es ofender? Quid est veritas? "Pensamiento, palabra, obra u omisión". El justo ofende siete veces al día. Multiplicado por 40 años, ¡uf, larga lista! Vamos a lo intuitivo. De pensamiento, nadie se va a enterar. Palabra, creo que soy educado. Obra, la única maldad que hice en mi vida fue robarle un poney al Jockey Club. Y ya pasaron quince años. Omisión es infinito. Asi que para qué seguir pensando. Aunque, una vez, master Yoda, grande el enanito orejudo. Siempre con sus máximas. Buen. Él hablaba de que el precavido mira a sus debilidades para saber qué le va a pasar, y a sus necesidades para aprovisionarse. Tal vez, si hubiese previsto mi coma alcoholica, antes de perder mis facultades me hubiese tenido que asegurar un refugio anti-jodas. Después, debilidades no tengo, en cuanto a mi naturaleza humana. He crecido, he madurado, y las debilidades que no puedo cambiar completan la obra de arte del Señor. No son debilidades. De ellas también Dios aprovecha. Y en el amor soy perfecto. Amo a mi novia y viceversa. Nunca me va a dejar. Lo sé. Es como si estuviesemos casados. Já, nunca le concedí esa. Total, así estamos bien, hemos acordado. No le voy a ser infiel, pero no quiero atarme a tal comromiso. ¿Es eso falta de amor? No, claramente.
De repente, como un piedraso golpeó el huevo.
-Uhum. Intereante. Interacción con el mundo exterior. Mmm -, y gritó el Marce - ¡Quién está ahi!
Nada.
- Interesante. Interesante. Hay alguien, pero no habla y se oculta. O me oculta. - ¡Cholo, ¿sos vos?! Silbá si sos vos -. Creo que es una boludes lo que propuse. Buen, hay que probar con todo ante un problema. O no. La piedra vino justo después de lo de... ¿qué decía?
- Compromiso pelotudo.
- ¡Gorda! - exclamó. Pero automaticamente analizó el "pelotudo". En un varón pasa, pero en una pareja es señal de alarma.
Entonces activo toda la CPU: Mmm. Comentarios atinados necesito.
- Querida, no sé quién me puso acá. Sólo quiero que sepas que te quiero dedicar el resto del día a vos.
- Yo te puse ahí.
Marcelo quedo completamente descolocado y activo el otro núcleo de la CPU, el de alerta máxima.
- Gracias. Seguro que necesitaba esto. ¿Qué puedo hacer por vos?
- No sé.
A lo que Marcelo pensó:
- Trampa a la vista. Danger.
-Mi amor -, insistió -, yo te amo con todo mi corazón. Qué más querés de mí. Pedímelo y es tuyo.
- No creo que sepas lo que es el amor. Decímelo y salís.
Entonces, de momento, Marcelo se relajo. Estaba confiado:
- Mi amor, el amor es lo que siento por vos. Sólo quiero estar con vos más que nada. Y por supuesto, quiero otras cosas también. Pero vos estás primera en la lista.
- Mirá, te cuento que yo no sé lo que es. Pero en cuanto lo oiga lo voy a saber. Es lindo lo que decis, pero, como que no me convence.
- Uf, buen. Sos hermosa por dentro y por fuera.
- Aburrida.
- Me gusta tu humor.
- Me lo han dicho otros.
- Se me estan acabando lo recursos...
- Yo acá afuera estoy llena de comida y agua.
- Pero ¿ves? No estás siendo sensata. Abrime y disfrutemos juntos.
- Ya tuve diez años de eso.
- ¿Querés cortar?
- No.
- ¿Qué querés? Te noto ofendida. Triste. Angustiada y sin la ayuda que esperás. Cansada. Como que la compañía que tenés de tu gente es insuficiente. No sé. Tal vez una mascota, un hobby. No, no. Algo... Algo que te complete todo el tiempo. Que te haga feliz. Que a las mañanas te anticipe y sorprenda mirando tu amanecer siempre y cada vez más feliz al comprobar que esa alegría sigue acompañandote. Que te dé la confianza para que en tus quehaceres diarios no te frustres, que vea tus hermosas habilidades y te ayude a enamorarte de ellas, y así te puedas entregar a lo que hacés bien, que valore cada detalle de tu delicadeza decorativa, que
- Basta.
En ese momento ella abre una puerta oculta de manija externa, lo mira, y le dice:
- Gracias. Ya se lo que es el amor.
- Ah, ¿sí?
- 100% segura.
- Pero si yo todavía no lo sé.
- Sos un hombre considerado, y eso es lo que necesito.
- Aham. Buen, entonces, ahora, considero que me necesitas siempre a tu lado. A lo que voy, ¿me harías el honor?
Fin